País Herido


Gritos, sangre, dolor, odio… miseria material pero también de alma y corazón. La compasión y empatía humana se perdieron y ahora todos buscan su propia manera de sobrevivir. Su corazón se encoge, la tristeza la invade pero ella confía en que el amor puede ser el que le brinde la energía necesaria para la supervivencia en ese lugar en el que se ha convertido ahora su país, su mundo…
Ya ni recuerda cuando fue el día en que todo comenzó a derrumbarse, cuando todo comenzó a decaer. Las sonrisas y buenos tratos de la gente a su alrededor se esfumaron, quedan pocos, muy pocos… pues ahora todos tienen frente fruncida, rostros preocupados, algunos con mirada perdida y caminar lento pues la energía física y espiritual es baja. Trata de huir de los hechos violentos que se presentan día tras día en cada lugar que frecuenta y aunque ella no es de las que huyen, a veces, solo a veces, le provoca salir corriendo o volando de allí. La destrucción y miseria que más le duele no es la material sino la humana, la que sufren todos los días los habitantes de su país… la responsabilidad por el más indefenso se ha perdido y ella se pregunta: ¿Quién prefiere el bien de los demás por encima del propio? La escasez de amor, de coherencia e inteligencia ha elevado los niveles de infelicidad colectiva, odio, violencia, división y depresión. Por eso cada día ella trata de ser valiente siguiendo los impulsos de su corazón para tratar de ayudar a su manera a las personas de su alrededor; sabe que no es una súper heroína y mucho menos una santa pero intenta demostrar que recuperando la esencia del ser humano se puede superar cualquier crisis, cualquier división y por ende la destrucción.
Más allá de cualquier extremismo mental por el cual estén viviendo muchos, más allá del egoísmo, de la envidia, de la codicia y locura de los “lideres” e incluso de la ira o impotencia que sientan otros, sabe que lo que necesita su país (los ciudadanos) es simplemente evolución; pero para lograr esa evolución tan esperada y tan necesitada, todos y cada uno de los habitantes de su país (incluyéndola por supuesto) deben acercarse por su propia voluntad al amor. Una nueva esperanza se necesita, quizá si se arrancaran los miedos, la ignorancia y la violencia de raíz para poder mirarse frente a frente como seres humanos podrían resolver y superar las fuentes de sus problemas.
Porque definitivamente ella no es la única en ese país herido que quiere dejar de sobrevivir para vivir plenamente, feliz y en armonía.

Comentarios

Entradas populares