Fuego y Tierra

El fuego siempre había inspirado
miedo, ¿Por qué?, quizás porque quemaba… y nadie quería salir lastimado.
Pero la tierra siempre fue
arriesgada, atrevida y un poco más inteligente que los demás elementos.
Mientras espiaba en el bosque pudo
ver el lado bueno del fuego, y como éste de manera amable le brindaba calor a
un grupo de personas que acampaban en el lugar. Por un momento quiso intervenir
para también ser abrazada por su calor en aquella noche fría, pero resistió y
esperó hasta el día siguiente.
Luego de que saliera el sol, la
tierra se acercó al fuego pero éste inmediatamente se alejó, la tierra insistió
y se acercó esta vez un poco más.
- ¿Por qué no intentamos unir nuestras fuerzas?
Le preguntó la tierra. Pero esto hizo que la llama del fuego
ardiera aún más hasta generar chispas.
- Una vez me uní al aire pero dependía mucho de él. En
otra ocasión el agua me apagó y sin llamas, no puedo ser yo mismo. La verdad, es
que no quiero herir a nadie ni salir lastimado yo. Prefiero estar solo…
Le contestó el fuego aún con sus llamas altas. La tierra
conmovida se acercó sin miedo y fijó su mirada en los ojos del fuego
diciéndole:
- ¿Y qué hay de las personas a las que le brindas
calor, a las que le das luz en la oscuridad?
- Ese es mi trabajo, para eso fui creado. Aunque
algunos me usen para otras cosas…
- Pues yo quiero unirme a ti.
- ¿Por qué? Somos tan distintos, tenemos más
diferencias que semejanzas.
- Así como en el desierto, la arena y el sol ardiente conviven
de maravilla, nosotros también podemos, ¿No crees?
Ante las palabras de la tierra, el fuego bajó
un poco la intensidad de sus llamas pero aún así la tierra pudo sentir la
calidez de su calor.
El fuego extendió su mano para tomar la de la
tierra y al juntarse sintieron que algo comenzaba a fluir entre ambos, creando
una energía totalmente diferente, brillante, mágica…
Esa energía los convirtió en elementos más
fuertes, pues se complementaron con sus diferencias; quedaron entrelazados por
la cadena de la vida… y su transformación contribuyó a la transformación del
mundo.
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