Un día en el año 2017
Le temía a la
hoja en blanco, había pasado mucho tiempo desde que tenía algún momento libre
para escribir, desde que me sentía necesitada por dejar salir palabras de mi
interior.
La brisa fuerte,
el sonido de la lluvia y el sonido de las olas del mar me han inspirado hoy,
han acariciado mi alma y le han dado paz. He arrancado una hoja del block de al
lado, he tomado mi lápiz y me he transformado.
Una vez
más, la lluvia, la brisa, el mar… la vida con sus pequeños detalles a nuestro
alrededor nos regala magia a nuestras almas.
He borrado
el orden de las palabras un par de veces y no está mal… no está mal escribir,
volver a escribir, borrar, editar. Es mejor que tener este montón de hojas en blanco
alrededor.
Llueve y
sigue lloviendo. El agua purifica y da vida. Puedo sentir a la tierra
agradecerle al cielo, puedo escuchar reír a los árboles y a las flores.
Un poco de café no estaría mal.
Mis manías
para escribir son, tener una taza con café al lado, música sonando y si hay
lluvia mucho mejor. Sí, definitivamente ese es mi día ideal para escribir.
Quizá por eso haya tardado tanto en volver a hacerlo, porque en este lugar casi
no llueve. Me río pues me estoy justificando.
Dicen que
toda esta semana estará lloviendo, pienso que no tendré excusas para tomar
algunos minutos, un par de hojas y mi lápiz para escribir algunas palabras. Es
relajante, adoro hacerlo.
Hace un par
de semanas atrás conocí en la oficina a una escritora local, justo cuando creía
que en este lugar nadie se dedicaba a esto de la escritura. Conversamos un
rato, obviamente sentí afinidad. Me contó un adelanto de su nueva novela que
será publicada dentro de pocos meses en otra ciudad. Quedo en espera para
leerla.
Recuerdo
que comencé a leer a los 6 años de edad, pero no fue sino hasta los 7 u 8 años
cuando la pasión por la lectura se apoderó de mí. Leía de todo, periódicos,
revistas, libros que sacaba de la biblioteca de la casa, novelas… pero como
toda buena niña mis favoritos eran los cuentos, los comics, las historietas que
mi papá me compraba todos los fines de semana en el mercado. Podía pasar horas
enteras leyendo aquellas historias, imaginando y creando en mi mente otras
nuevas. Recuerdo que para aquel entonces también leía acompañada de música, el
radio favorito de mi hermana siempre se encontraba encendido así que mi
pasatiempo favorito era acostarme en mi cama a leer hasta que mis ojos se
cansaran.
En el libro “De qué hablo cuando hablo de escribir” de Haruki Murakami, él dice: “leer
supone la misma alegría que escuchar música”. Y, en definitiva, así es.
Cada
momento de mi vida tiene su ‘soundtrack’ asignado, y cuando no lo tiene en el
momento en que sucede simplemente se lo agrego mientras lo edito en mis
recuerdos.
La música,
la literatura, el cine, la pintura, el arte en general juegan un papel importante
en mi vida; se unen y se funden en mi alma haciendo emerger mis sentimientos en
cada cosa que hago.
Suspiro.
Puedo
seguir escribiendo, conversando con las hojas que tengo frente a mí, observando
a mi alrededor, recordando cosas, momentos, personas, y volver la mirada a las
hojas mientras plasmo lo que siento.
Se siente
bien, es divertido, liberador…
Este año ha
estado lleno de sorpresas, de hecho, cada año trae consigo cosas nuevas… las
agujas del reloj suenan con la misma intensidad que las olas del mar. Me
detengo, pues me he dado cuenta de que ha dejado de llover e incluso hay
algunos rayos de sol saludando desde las nubes esponjosas. La jornada continúa,
guardo mis páginas escritas, aunque mi mente siga hablando… Pero yo quedo
tranquila pues mis dedos le han dejado un mensaje claro a las hojas que han
quedado en blanco: “Volverá, tiene aún
mucho por contar y crear”.
ResponderEliminarHermoso escrito mi niña!! creaciones que tendrán un fruto genial... mi escritora favorita!!
ResponderEliminarHermoso escrito mi niña!! creaciones que tendrán un fruto genial... mi escritora favorita!!
Gracias ! :)
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