Día 7 - El componente principal
Siempre en cada receta de cocina, en cada lista de
materiales para una construcción, en cada inventario y plan de vida es necesario
algo, un componente principal, eso que le da el sabor particular, el detalle
que lo hace hermoso, valioso y único.
Como seres humanos, ‘eso’, es lo que nos motiva cada
día, lo que alimenta nuestra alma, nuestro corazón, nuestra vida… Es lo que le
da originalidad a nuestra esencia.
Se preguntarán a qué llamo yo ‘eso’, pues ‘eso’ mis
amigos, son los sueños, ellos son el ingrediente
vital de nuestras vidas y forman parte de nuestras necesidades básicas como
individuos.
Soñar es un acto que hacemos desde muy pequeños hasta
el final de nuestros días; respiramos, nos alimentamos, nos movemos y
trasladamos, crecemos, dormimos, nos comunicamos unos con otros y por supuesto,
soñamos. ¿Qué sería de la vida sin sueños, sin metas, objetivos, propósitos?
Nada. Sería como un camino sin rumbo, un pez sin su mar o un pájaro sin su
vuelo.
Los sueños son nuestros amigos invisibles, nos
acompañan a todos lados y nos ayudan a trazar caminos, a estimular nuestra
mente, corazón, y por ende a inspirar nuestras acciones diarias para poder
alcanzarlos, cumplirlos, vivirlos…
Los sueños tienen vida y si no los alimentamos y
luchamos para conseguirlos, mueren lentamente llevándose con ellos una parte de
nuestro ser.
Por eso, siempre soñemos en grande y vivamos para
lograrlo, pues ahí está el secreto de nuestra felicidad.
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