Día 1 - La aventura de la vida


Cambio. Cambio de aire, de alimentación, de pensamiento y acción. Cambio de vida. Cambios necesarios. Fluyendo con las circunstancias y decisiones tomadas, sin cuestionar mucho, sin juzgar…
Es irónico afirmar que se añoran aquellos días de trabajo en casa donde el alma se sentía escritora, pero al mismo tiempo ama de casa porque en los momentos en que el bloqueo acechaba, se paraba a inventar platillos en la cocina; o salía al patio a conversar con las plantas y las pequeñas tortugas que allí tenía. Es irónico afirmar que por momentos se quejaba de ese estilo de vida y que sería luego al recordarlo que se daría cuenta de que esa época fue la más relajada y tranquila de su antigua vida.
¿Por qué será que nunca estamos conforme con lo que tenemos?
A veces el alma se queja pues quiere - *y en cierto modo, necesita* – acción, otra locación, rodearse de otras caras para trabajar con la misma intención, pero en diferente ámbito.
A veces el universo conspira para que aquello que por momentos o por mucho período de tiempo deseamos se cumpla. El propósito puede ser el mismo, pero el tiempo y lugar pueden variar.  
Y aquí se encuentra ella, rodeada de cambios, recordando viejos momentos, creando nuevas memorias, pensando…
Es una nueva vida y a ésta alma le sigue atrayendo la idea de escribir, de llenar hojas, vacíos, de contar historias, sentimientos propios y ajenos, de crear mundos y compartirlos con todos. De alguna manera quiere hacer sentir en las personas lo que ella sintió la primera vez que leyó una historieta, un cuento de Charles Perrault, una novela de Rómulo Gallegos, García Márquez o un poema de Benedetti.
Ingenuidad, ilusión o codicia, muchos le pueden tildar de ello, pero esa magia y alegría que le trasmitía la lectura y escritura era el motivo de vida de su sueño, de su pasión. Esa pasión que llevaba en la sangre, heredada de sus ancestros, motivada por sus padres, inspirada en el amor.
Si bien, conmovida aún por esa ola de cambios repentinos ha flaqueado en ser perseverante, cada vez que retoma la escritura se siente poderosa como un ave fénix, ardiente en su vuelo, emocionada por iniciar una vez más algo para lo que siente que nació.

El vuelo, la libertad, la potencia de las palabras fluyendo por su plumaje, la aventura de la vida, el amor por la creación. 

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