Eheehemo (Sollozar, en lengua indígena Yanomami del Amazonas Venezolano)



Recuerdos disfrazados de lugares, momentos, personas, sabores y aromas, visitan constantemente su mente; vívidos y a todo color.
Cierra sus ojos y viaja reencontrándose con los trozos de su alma dejados en cada ciudad por las cuales recorrió su niñez y juventud. La añoranza nunca se va, a veces disminuye su intensidad, pero otras veces, la mayoría de las veces, late dentro de su pensamiento al compás de los latidos del corazón; como un sollozo sutil cargado de impotencia.
La esperanza, esa que cree haber perdido, la revive cada vez que ve las fotografías de sus seres queridos, esas donde aún se pueden ver árboles frondosos, jardines floreados y niños inocentes sonriendo… aún hay vida, hay consuelo; no todo es tristeza, desacierto, temor u oscuridad, no todos se han ido para jamás volver.
La añoranza y el sutil sollozo siguen ahí dentro, pero el optimismo lucha por ganarse un puesto.

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