Entonces:
“Nadie mira
hacia abajo desde las nubes”, dice una frase del libro Las cinco personas que encontrarás en el cielo de Mitch Albom.
¿Esto es cierto? Pero antes que
nada, ¿Qué es el cielo?
Es ese espacio de la atmósfera que ilumina
desde arriba con su sol, estrellas, luna y demás planetas; es ese lugar a donde
se dirigen las almas después de cumplir su labor en la tierra; realmente su
definición puede variar según las creencias y visiones de cada persona.
“Solíamos
mirar al cielo y preguntarnos sobre nuestro lugar en las estrellas, ahora solo
miramos hacia abajo y nos preocupamos por nuestro lugar en la tierra”, dice un diálogo en una película de
Christopher Nolan.
Entonces: ¿Nadie mira hacia abajo y
ya nadie mira hacia arriba?
¡Quién sabe! Pero en mis fantasías,
desde arriba nos ven nuestros ancestros con ansias de reencuentros, para
recordar y, ¿por qué no? para seguir con la vida que no se pudo continuar en la
tierra.
Luego, casi siempre miro hacia
arriba para apreciar y disfrutar los regalos del cielo cada día: las formas de
las nubes, la intensidad del azul, la fuerza del sol, la luz de la luna, contar
las estrellas o las gotas de lluvia, lo emocionante de los amaneceres y lo
conmovedor de los atardeceres.
El cielo y su magia también se pueden
encontrar en la tierra; cuando estamos y somos felices, cuando estamos
enamorados, cuando ayudamos a alguien sin pedir nada a cambio, cuando
trabajamos con el corazón; porque lo que hace al cielo grande son todas esas
pequeñas cosas, todo ese enigma que lo asemeja tanto a la vida.
Entonces: posiblemente alguien sí
mira hacia abajo desde las nubes, y sin duda cada persona puede hacer de su
estancia en la tierra, su propio cielo. ¿Nos atrevemos?
Fotografía: YM.
Como es arriba es abajo..., hacemos de nuestra estancia en la tierra un verdadero éxtasis de amor o un campo de batalla infernal. Mirar al cielo nos reconecta con la fuente creadora con nuestra esencia.
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