Recuerdos



Pasan los años y los recuerdos se acumulan en nuestras mentes como hojas secas en una tarde otoñal. ¿Cuál fue nuestro primer recuerdo? ¿A partir de que edad el ser humano comienza a recordar? Imágenes vagas de nuestra infancia vagan por nuestras memorias… en mi caso algunos momentos memorables como los juegos en el patio de la casa de mis abuelos, el paseo de la escuela en el trencito, las peleas con los primos y los saltos bajo la lluvia en las afueras de mi casa.
Luego están los momentos difíciles, esos que siendo niña me costaba entender y que quizás me hicieron crecer antes de lo esperado… la muerte de un ser querido, el accidente de mi madre, su tardía recuperación y el sufrimiento de los miembros familiares. Todos los duros momentos y eventos felices que vivimos después de un segundo se convierten en recuerdos y quedan en nuestras mentes como álbumes de fotografías viejas que de vez en cuando desempolvamos y observamos para conseguir detalles que quizás pasamos por alto, para sonreír, para llorar, para crecer, para cambiar… y para valorar que gracias a cada uno de esos momentos y eventos somos lo que somos hoy en día.
Ahora bien, ¿Dónde guardamos los recuerdos? ¿En cajones escondidos en nuestras casas?, ¿En nuestras mentes o en nuestros corazones? Probablemente cada uno de nosotros tenga su lugar y método favorito para guardarlos; algunos los guardan tanto que se olvidan de ellos, otros incluso ni siquiera los guardan sino que viven de ellos… y si bien es una decisión personal, recomiendo el método de guardarlos para de vez en cuando pensar en ellos porque al fin y al cabo esa es su verdadera función; luego podemos seguir adelante, podemos seguir viviendo y creando al mismo tiempo nuevos recuerdos hasta el final de nuestros días...

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