Lectura perfecta



A ella le gustaba leer. En su casa tenía una biblioteca enorme de libros de todos los tamaños, géneros e incluso idiomas. Adoraba el olor de las hojas de los libros, le gustaba sentir las hojas en sus manos, se fascinaba con las historias e ilustraciones, viajaba, vivía y sentía a través de sus libros… Sin embargo, en el momento en el que terminó de leer todos los libros de su casa sintió que sus ojos y manos pedían más, se sintió carente de magia y ya estaba lista para un cambio, por eso, decidió salir en busca de nuevas historias. Hay un dicho que dice “Atraemos las cosas para las cuales estamos preparados” y ella sin saberlo una tarde del mes de abril atrajo lo que tanto su corazón deseaba.
Salía de una librería con un par de libros nuevos cuando tropezó con unos ojos negros y sonrisa sincera; sus libros cayeron al piso y él inmediatamente los recogió, se los entregó rozando su mano e inmediatamente ella sintió una calidez en su corazón y en su cuerpo que ni el mejor de sus libros le había hecho sentir. Pero después de un tímido Gracias, ella siguió su camino sin mencionarle siquiera su nombre; él la vio alejarse sintiendo un vuelco en su corazón.
Luego de un par de semanas ella leía concentrada un libro sin portada en una cafetería; él llegó en busca de su taza diaria de café pero en realidad era el destino que los atraía mutuamente. “Cabello largo y despeinado, sonrisa tímida y libro en manos; ¡es ella!” pensó él apenas la vio, así que tomo su taza y se le acercó. Marcel Prévost escribió: “El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma”, pero ese día se lo cambió a dos.
Día o noche ellos conversaban por horas, inventaban nuevas palabras, nuevos verbos y en cada frase intercambiaban sus sentimientos… Ahora ella ya no solo leía y coleccionaba libros sino que también escribía y con el corazón rebosante describió su descubrimiento así: “Lo negro y profundo de sus ojos son como páginas infinitas que revelan el misterio de su alma; lo sublime de sus labios son como la cubierta del más hermoso regalo y lo ronco de su voz es como el prólogo del mejor contenido: el de su corazón. Leerlo, conocerlo en cada línea, sentirlo en cada palabra, en cada emoción… la lectura perfecta, mi libro preferido.”

Fotografía: YM

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