Sebastián
- INT. DÍA. APARTAMENTO DE SEBASTIÁN. CUARTO.
Un cuarto pequeño con afiches en
las paredes, e iluminado por la luz de la ventana. En la cama despierta
SEBASTIÁN envuelto en sábanas y cobijas, apaga el despertador que se encuentra
sonando en la mesita de noche. Se levanta y se viste con franela de color
blanco, toma su bolso y de manera calmada guarda algunos cuadernos dentro de
él.
- INT. DÍA. APARTAMENTO DE SEBASTIÁN. COCINA.
En la cocina se sirve un plato de
cereal y se sienta a comer con la mirada perdida, hasta que en cierto momento
la desvía hacia unas fotografías de cuando él era un niño que se encuentran en
la mesa. Luego de un suspiro, se levanta y sale de su apartamento.
- EXT. DÍA. CALLE.
Sebastián camina despacio mirando
a su alrededor a las personas que van y vienen; algunos escuchando música a
través de sus audífonos, otros corriendo de un lado para el otro, varias
personas hablando por teléfono, una pareja discutiendo en una esquina, largas
colas de personas en los negocios comerciales, cornetas de carros y autobuses que
terminan por aturdir sus sentidos y que hacen que decida cerrar sus ojos por un
momento.
- INT. DÍA. UNIVERSIDAD. AULA DE CLASE.
Sebastián abre los ojos, se da
cuenta que está en el aula de clase, todos sus compañeros visten de color negro
y observan fijamente y con mucha atención al PROFESOR quién viste de igual
manera; Sebastián los observa a todos con rostro confundido, reacciona cuando
todos se levantan y salen, indicio de que la clase ha terminado y él aún sigue
sin entender muchas cosas.
- INT. NOCHE. CASA DEL AMIGO. SALA.
Sebastián entra a la fiesta en
casa de su amigo, vestido con franela de color verde. En la sala se encuentran sus
amigos y varias personas, todos ellos vestidos de color negro, con una cerveza
y un cigarrillo en las manos. Se sienta en un sillón y observa a cada una de
las personas que se encuentran en el lugar: algunos conversan en voz alta, varias
parejas flirtean y se besan, mientras varios chicos vomitan cerca del balcón.
Sebastián suspira y baja la cabeza, al subirla de nuevo se percata de que se encuentra
totalmente solo, al paso de unos minutos y con rostro confundido se lleva las
manos a su rostro para tapársela.
Cuando percibe el silencio del
lugar, baja las manos de su rostro y se
da cuenta de que ya no es Sebastián adulto si no el Sebastián niño de aquellas
fotos de su apartamento; sin sorprenderse por el cambio les sonríe a sus amigos
y demás personas en el lugar que ahora también son niños que visten de colores
alegres y lo invitan a jugar.
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