El puente de los 14.478 Km de distancia
Ella vivía encerrada en su corazón,
pero una noche calurosa de verano decidió abrir las ventanas para sentir la
brisa nocturna en su rostro. Se dio cuenta de lo maravilloso del mundo exterior
y a los días siguientes volvió a hacerlo.
Veía las nubes con gran emoción,
caminaba por el jardín descalza para sentir la grama húmeda bajo sus pies y
sentada en una roca escuchaba el cantar de los pájaros y el susurro del viento.
Llegado el otoño su espíritu
nostálgico se volvió a debilitar, pues quería seguir viendo y sintiendo esas
cosas maravillosas pero estaba sola y no tenía con quien compartir esos
momentos tan importantes para ella.
El viento al ver su preocupación le
susurró en una ocasión una vieja leyenda contada por la luna que decía: “Durante las encarnaciones de un espíritu,
éste se divide dando origen a otros espíritus y que cada vez que se dividen se
debilitan. Es por eso que en cada encarnación, esos espíritus se reencuentran
para fortalecerse uno al otro”.
Esa misma noche y sin pensarlo
mucho tomó una decisión que cambiaría aún más su vida y su visión de las cosas.
Decidió construir un puente para poder salir más allá de su corazón y quizás
con un poco de suerte reencontrarse con su otro espíritu.
Día a día, tomaba algunas piedras
de las montañas que se encontraban cerca de su corazón, tomaba sus herramientas
y demás materiales e iba construyendo poco a poco el puente. Y así pasaron
varias semanas y meses, pero a pesar de haber construido varios kilómetros del
puente y de haber recorrido tan larga distancia, aún no conseguía fortalecer su
espíritu; de hecho, cada vez más se sentía débil y el frío invierno tampoco la
ayudaba.
Sin embargo ella se aferraba a su
decisión, no pretendía regresar y mucho menos volver a encerrarse, estaba
convencida de que en algún punto en medio de la construcción de su puente
conseguiría lo que tanto anhelaba, conseguiría fortalecerse y ayudar a
fortalecer a otro. Así que continuó construyendo con las pocas fuerzas que le
quedaban.
Era el primer día de primavera
cuando ya no pudo más y se dejó caer desmayada en la orilla del puente, miró
hacia el cielo y sonrío al ver a las nubes pasar, luego de un profundo suspiro
cerró sus ojos. Solo pasaron unas horas cuando desde el otro extremo comenzó a
surgir otro puente que poco a poco se acercaba hasta ella.
Una voz áspera la llamaba, aún con
los ojos cerrados ella podía escucharla y realmente le dieron deseos de
acariciarla, pero, ¿se puede acariciar una voz? Pensaba, mientras recuperaba
fuerzas y abría los ojos. Cuando despertó vio a un hombre desmayado a su lado,
ella sin pensarlo lo abrazó y eso hizo que él despertara.
Y fue así como por primera vez sus miradas se
encontraron y sus espíritus se fortalecieron en el kilómetro 14.478 del puente
que ambos construyeron rodeado de árboles frondosos, flores coloridas, fresco
riachuelo y el viento que les susurraba: “Aunque
lejos las almas estén, se harán puentes a distancias de luz…”.
Ufff me encantó
ResponderEliminarGracias! :)
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